31 de enero de 2008

La relación EE.UU. - Asia: Contrarréplica

Por Cristina Fernández

Muchas gracias por tu réplica.

En primer lugar, me gustaría dejar claro que en absoluto veo el ascenso chino como algo negativo, en realidad lo que intentaba plasmar, era un poco la perspectiva norteamericana respecto a la región asiática en el contexto geoestratégico de la zona. Es un tema amplísimo y tampoco quería aburrir... el ascenso de china es inevitable y hoy por hoy uno de los pocos obstáculos que tiene es que no dispone del suficiente petróleo como para incrementar exponencialmente su crecimiento económico de forma sostenible, (de ahí los acuerdos que está firmando con países africanos y sudamericanos para garantizar los suministros, o el ya conocido acuerdo preferencial con Irán, que tanto ha condicionado su política exterior y su posicionamiento en el Consejo de Seguridad). En todo caso, China tiene dos retos muy importantes por delante que debería superar para ser un país hegemónico; por un lado militarmente ha de modernizar y desarrollar tecnológicamente su ejército, especialmente en el ámbito naval (en los últimos años se ha puesto manos a la obra con la reciente fabricación de buques y submarinos nucleares gracias a la colaboración rusa, aunque carece de un importante elemento, portaviones que es precisamente lo que en la zona otorga a los EEUU enorme superioridad); por otro lado cabe señalar su falta absoluta de creatividad; China no inventa nada, todo lo copia y eso a largo plazo un país hegemónico no lo puede sostener; puedes llegar arriba imitando, robando la creación ajena para evitar el gasto inmenso que representa la investigación, pero no puedes mantenerte arriba si no eres capaz de superparte en cualquier terreno por ti mismo. La dependencia de otros es precisamente lo que le interesa a EEUU en Asia, porque la autosuficiencia es poder y lo contrario te imposibilita para moverte con libertad, solo atendiendo a tus intereses.

En cuanto a la India, es cierto que quizás no le he prestado la suficiente atención pero aun estoy a tiempo. Bueno la India es sin duda un actor regional básico tanto hacia el sudeste asiático, como hacia Asia-pacífico, como hacia el oeste; sin embargo dentro del contexto organizativo regional (véase ASEAN, APEC, etc.) su influencia ha empezado a incrementarse recientemente, pues China ve en la India a un rival muy peligroso y hasta hace relativamente poco tiempo, que ésta ha mostrado intensamente su deseo de jugar un papel importante en Asia, China siempre ha preferido mantener a los indios un poco al margen. A diferencia de China, la India con su inmensa inversión en investigación y desarrollo se ha convertido en un país tecnológicamente puntero, al que compran productos básicos dentro de esta era de la información y las telecomunicaciones, todos los países desarrollados del mundo, siendo los EEUU el principal destino de sus productos. Prácticamente nadie puede competir con la India porque es responsable de casi el 70% de la industria global en “offshore” de Tecnología Informática, y casi la mitad de la industria de BPO global. Una vez que queda claro el poder comercial que tiene la India, y la dependencia exterior que existe hacia lo que ella fabrica (lo cual significa poder e influencia); habría que recordar que es poseedora de la Bomba atómica y que goza de una reciente alianza con los EEUU dentro de la estrategia norteamericana de seguir manteniendo el control regional, ya sea directamente o derivado en sus socios, porque como es evidente para todos, los EEUU tienen muchos frentes abiertos en el mundo, en un contexto de descrédito internacional, en el que muchos ya no le consideran la superpotencia invencible de otros tiempos y la recesión económica a la que parece avocarse. Así, en Asia están compitiendo dos pares de alianzas principales, que a su vez también luchan dentro de ellas para no quedarse atrás. De un lado EEUU-Japón-India, de otro Rusia-China. Se unen por interés, pero lo cierto es que en un contexto de reequilibrio global, de tendencia hacia el multilateralismo de antaño, ninguno olvida que el amigo de hoy puede ser el enemigo de mañana y por ello todos compiten contra todos. El juego de alianzas es muy complejo, con ciertas similitudes a la Europa de Bismarck.

Volviendo a la India hay otro elemento más que me parece muy interesante, primero la enorme inversión que en este país se ha dedicado a la educación, la formación técnica, científica y médica de su población, que es competitiva con las grandes potencias mundiales, su mano de obra está muy bien formada y disfruta de un aval muy importante: el ingles como idioma oficial.

Para terminar con la India solo quiero añadir una cosa más: es un país irritante para China, Rusia y los EEUU porque no termina de casarse con nadie, siempre mantiene su criterio, su independencia, no deja que nadie interfiera en sus asuntos internos, ni a cambio de dinero, ni de posición internacional, por mucho que desee estar en el Consejo de Seguridad, como también pretende EEUU. La India sería una gran opción por que es un país que muchas veces ha demostrado que no se vende, y al margen de haber estrechados recientemente lazos con EEUU, no ha dejado de firmar acuerdos con China, de adentrarse cada vez más en las organizaciones regionales; incluso las tradicionales relaciones con Rusia se han revitalizado desde el 2007 especialmente en el terreno comercial.

Otros aspectos que has tratado y sobre los que me parece interesante hacer hincapié, son por u lado las relaciones China Corea del Norte y por otro la región de Asia Central.

Brevemente diré que lo que une en verdad a China con el régimen comunista es la posibilidad de que desarrolle la bomba atómica, si eso ocurre China no puede permitirse el lujo de que una potencia nuclear en la región no esté de su parte, pues la lucha por la hegemonía asiática está en jugo. Respecto a la zona de Asia-Central, he de decir que tiene un interés espectacular. En ella se mezclan regímenes dictatoriales, la condición de ex-terreno soviético con zona de influencia que pasó a manos americanas tras el fin de la guerra fría, y que ahora está perdiendo en beneficio ruso; se tratan los países que componen este área del continente asiático, de territorios con una gran riqueza en gas y petróleo que sin duda quieren tener bajo su control China y Rusia para lo cual han creado la organización de cooperación de Shangai, con una perspectiva energética pero también militar. EEUU tenía acuerdos para sobrevolar el espacio aéreo de estos países, así como para tener bases en su territorio; sin embargo estos privilegios los ha ido perdiendo paulatinamente por la intervención de las otras dos potencias. Así mismo el fervoroso deseo de Irán de entrar a formar parte de esta organización (con las inmensas reservas de petróleo y gas que posee, y que aun no está explotando) se une al de la India que no quiere quedarse al margen de un bloque regional tan poderoso.

Imaginaros, unidos por la energía y los negocios a Rusia, China , Irán y la India en una organización que podría llegar a tener prácticamente el monopolio del gas mundial.

Obviamente, los EEUU están terriblemente preocupados por lo que en esta zona pueda pasar. Quien controle la energía controla el mundo, y eso los norteamericanos lo saben muy bien.

La relación EE.UU. - Asia: Réplica

Por José Miguel Machimbarrena Cuerda

Querida Cristina:

Me ha gustado mucho tu artículo, me parece absolutamente acertado en la mayoría de cuestiones tratadas y, sobre todo, consigues explicar de forma clara y en muy poco espacio una serie de conceptos y acontecimientos tremendamente complicados.

Sin embargo hay una serie de asuntos con los que no estoy del todo de acuerdo y, con tu permiso, me gustaría matizar según mi modesta (y a seguramente equivocada) opinión.

A lo largo de tu artículo parece que el ascenso de China sea algo tan poco deseable como inevitable (o eso me ha parecido). Acerca de este punto me gustaría señalar que lo antinatural el papel que hasta hace poco ha jugado China en la región y en el mundo (preocupantemente bajo) aunque muy en consonancia con la forma de pensar tradicional de la política exterior del gigante asiático. No olvidemos en todo caso que el mismo Mackinder en su modelo de las panregiones consideraba a la zona de China y Japón como el Centro III de la región Asia-Pacífico…

Creo que se han sobrevalorado los resultados geoestratégicos de la war on terror. EUA ha aumentado su influencia POLÍTICA únicamente en estados cuyos gobiernos ya eran partidarios o simpatizantes de Washington (pienso ahora en Pakistán, las repúblicas ex soviéticas o las monarquías árabes entre otros); dicho de otra forma, la Guerra al Terror ha servido sobre todo para activar y estrechar alianzas previas al 11S. Por supuesto esto es un pequeño matiz que en nada puede desmerecer la importancia de la ocupación de Afganistán ni sus consecuencias y posibilidades que tan bien expones en tu artículo (por cierto, creo que no dices mucho de Irak, siendo un tema de vital importancia para calibrar el poder real de EUA…)

Desde luego no puedo estar más de acuerdo contigo cuando hablas del interés de china por limitar o eliminar la influencia estadounidense en Asia. Sin embargo no es menos cierto que Washington parece tener bastante interés en replegarse de la región tal y como demuestra la reciente reforma constitucional de Japón o la disminución de tropas en las bases del Pacífico. Todo parece indicar que quiere dejar a Japón como una especie de “encargado de planta” para ocuparse de asuntos y áreas de mayor interés.

Por cierto (y esto es un poco de patrioterismo…) no creo ni quiero pensar que los EUA controlen Europa como lo hacen con Japón…

Acerca de Taiwán (y esto es una opinión personal) creo que es algo sobrevalorado; un problema tan antiguo como enquistado pero de una importancia menor (excepto para los pobres taiwaneses que dentro de poco no los va a reconocer ni Paraguay) que nunca podrá desembocar en un conflicto armado (a no ser que converjan otras variables que, aunque tengan poca relación, agraven la situación en el estrecho de Formosa).

Mencionas en tu artículo el trato que se le da a las minorías Chinas en Indonesia (y otros países de la zona). Aunque no se puede decir que reciban un trato favorable, ni siquiera normal, no debemos olvidar que las minorías Chinas son en gran parte responsables del despegue económico de sus países de acogida y, por lo tanto, en su labor encuentran su propio aval de supervivencia.

Y hablando de colectivos que se defienden, no olvidemos que desde la declaración de Bangkok de 1967 los países del sudeste asiático se organizan como contrapeso (de momento económico) a una eventual hegemonía de su vecino del norte. Es decir, no me parece prudente pensar que sólo y solo EUA puede contrarrestar los efectos del ascenso Chino en la región: hay actores más interesados desde el momento en que su supervivencia depende de su capacidad para afrontar lo que se les viene encima.

Es verdad que Indonesia reviste un gran interés geoestratégico, entre otras cosas por ser, cómo tu dices, el país con más musulmanes del mundo pero, y si me permites, también con un conflicto social y religioso en aumento y que no parece que la “Guerra al Terror” pueda paliar (lo que a la larga puede vulnerar seriamente tanto la gobernabilidad como la credibilidad internacional del archipiélago).

Pasando del primer al segundo país con más musulmanes del mundo, hablemos de la India. Es este un país a tener muy en cuenta ya que tradicionalmente no se ha casado con nadie, enquistada como está en su deseo de jugar un papel unilateral en Asia. No creo que hoy sea posible una alianza seria entre Nueva Delhi y Pekín (la segunda recela demasiado) ni tampoco que proceda o interese al “pradhanmantri”.

Si bien es cierto que los vínculos Tokio Seúl son evidentes no podemos pasar por alto que su fortaleza depende más de los intereses de Washington que de la voluntad Nipona. Que pasaría con las relaciones coreano-japonesas sin el tutelaje de los EUA ¿Japón, Estado democrático, mantendrá vínculos tan estrechos con su principal competidor comercial? ¿Qué opinaría/exigiría una sociedad en la que actualmente está creciendo una fuerte corriente racista y anticoreana?

Por cierto, y ya que hablamos de vínculos, me gustaría señalar lo perverso de los vínculos Pequín-Pyongyang, resumiéndolo en que el “apoyo material” chino parece haberse convertido en la espada de Damocles de la República Popular desde el momento en que las consecuencias de un cese de la ayuda a Corea del Norte supondría una crisis humanitaria que afectaría al norte de China y que daría pie a la intervención en la zona por agentes exógenos (posibilidades las dos muy poco deseables para Pekín).

Me gustaría hacer una crítica a la desfasada política de contención empleada por los EUA en Asia central (propia del peor jugador de Risk), pero me estoy dando cuenta de que mi comentario excede en extensión a tu propio artículo, lo que de no esta nunca bien.

Así pues, y termino, tan sólo señalar que te has olvidado de incluir a la India entre las grandes potencias económicas de Asia. Tengamos en cuenta que, aunque menos espectacular, el crecimiento indio parece más sostenible y sólido que el de su vecino.

Por cierto, si de verdad resulta que en el mundo va a haber una triple hegemonía (sobre todo si Europa va a ser una de las tres potencias), la verdad es que me alegraré mucho (si es que llegamos a verlo y no es a resultas de un gran conflicto armado).

Bueno, pues eso, mil perdones por la extensión pero tu artículo me ha gustado mucho y quería comentarlo y transmitir mi opinión (aunque esta sea taaaan laga).Perdona si no he entendido o he malinterpretado algo.

Un abrazo.

30 de enero de 2008

La relación EE.UU. - Asia

REFLEXIÓN A CERCA DE LAS RELACIONES EEUU-ASIA

Por Cristina Fernández

Hoy la Región Asia Pacífico es uno de los principales centros de atención del mundo, no solo por su extraordinaria expansión económica y por el modo en que este área afecta de forma creciente la economía global, sino por que además, se trata de la zona donde en la actualidad se esta librando la lucha geoestratégica que determinará quien o quines ostentarán la hegemonía mundial en el futuro.

Todas las grandes potencias ( EEUU, Europa, Rusia) están dirigiendo su mirada al acontecer político, económico, social y militar que se desarrolla en la región, al mismo tiempo que preparan y acondicionan lo mejor que pueden sus capacidades, con el fin de favorecer el dominio de sus intereses en la futura lucha por la supremacía mundial; en definitiva lo que podemos observar es un juego de estrategias, en el que cada actor se esfuerza por aprovechar las oportunidades que se les presentan; los grandes se van reforzando sin tensar demasiado una cuerda, que de romperse podría ocasionar un conflicto de gravísimos efectos; mientras los poderes mas pequeños, o con potencial para serlo, juegan sus bazas alineándose con precaución dentro del panorama político, económico y militar asiático.

La lucha contra el terrorismo, por ejemplo, le ha otorgado a EEUU la oportunidad de emplear este temor para intentar uniformar el mundo en lo político, asumiendo el papel de líder único del planeta y expandiendo paulatinamente su ámbito de influencia: en Oriente Medio después de la guerra del Golfo; en Europa oriental tras la guerra por Kosovo; y el control de Asia central con la guerra en Afganistán.

Lo anterior le ha permitido contener a Rusia y China, a la vez que controlar a Europa y Japón, y es que desde nuestro punto de vista, EEUU no pretende renunciar a la búsqueda de la hegemonía mundial o a imponer patrones geopolíticos como parte de su lucha contra el terrorismo; EEUU, busca posibles rivales , y con el fin de garantizar su posición en el sistema, emplea las estrategias precisas para controlar a sus competidores reales o potenciales, y en el presente, Asia- Pacífico alberga a un rival muy peligroso a ojos de los norteamericanos, así como conflictos, que por un lado le interesa controlar para evitar la desestabilización de la zona, pero que al mismo tiempo le permiten justificar su presencia regional y mantenerse como un actor necesario o al menos tolerado dependiendo de la perspectiva del estado al que nos refiriéramos.

Por tanto, pese a los factores de acercamiento forzado que pudieran existir por intereses comunes derivados de la lucha antiterrorista, existen también múltiples aspectos que pudieran llevar el futuro de la región y del mundo, a un conflicto de mayor envergadura .

Se diría que abundan los factores que pueden dar lugar a conflictos, uno de ellos, por ejemplo, es el asunto de Taiwán, que no ha cambiado en lo fundamental después del 11S. EE.UU. ha renovado lazos con este país no reconocido por China, tratando de no perjudicar a su vez las relaciones con Beijing, sino que por el contrario, buscando fortalecerlas. Difícil tarea, porque China no parece tener intención alguna de renunciar a la reconquista de la isla pues se trata de un objetivo de carácter nacional.

China está decidida a reducir la influencia estratégica de Estados Unidos en el conjunto de Asia y no sólo en el estrecho de Taiwán

. Beijing no sólo busca contrarrestar la expansión norteamericana, sino también el mantenimiento de la estabilidad regional y la consecución de una mayor influencia política; para China, cuyos últimos movimientos han estado orientados a alejar a EEUU de las cuestiones asiáticas (políticas y económicas) y de sus organizaciones regionales, presentarse como la potencia regional capaz de garantizar su progresión y la seguridad de Asia, es un importante objetivo a conseguir.

Es en el Sureste asiático donde se ha producido la evolución más significativa en la creciente influencia china en Asia, Beijing arrastra un complejo legado histórico en la sub-región, derivado de su apoyo a guerrillas comunistas en otras épocas, de su enfrentamiento con Indonesia y otros países por su tratamiento de las minorías chinas y como consecuencia de varias disputas territoriales. En los últimos años, la preocupación del Sureste asiático es fundamentalmente económica: la República Popular se ha convertido en un importante competidor y en el principal destino de las inversiones extranjeras.

Así mismo EEUU, intenta aprovechar esta realidad para mejorar sus relaciones en la zona y garantizarse aliados económicos y estratégicos; es por ejemplo el caso de Indonesia, considerada hoy por hoy como una voz de moderación en el mundo islámico; por ello, las nuevas relaciones entre estos dos actores regionales, se enmarcan en la guerra contra el terrorismo emprendida por Norteamérica desde el 2001, teniendo en cuenta que Indonesia se trata de la nación de mayor población musulmana del mundo y que ha sido golpeada en los últimos años por varios atentados terroristas relacionados con Al Qaeda. Para EEUU tener a mano su colaboración es fundamental a la hora de hacer ver al mundo árabe que cuenta con apoyos como este, lo cual demuestra que su guerra es contra el terror y no contra el Islam.

Con la India, los lentos pero sostenidos esfuerzos de Beijing a favor de un mayor acercamiento han quedado parcialmente en suspenso como consecuencia de la guerra contra el terrorismo y las aproximaciones que los EEUU han llevado a cabo de unos años a esta parte al gobierno indio. La política estadounidense hacia la India siempre había estado diseñada en clave regional, es decir, en función del papel preponderante que ese país ha desempeñado en Asia meridional y en su condición de parte en el conflicto indo-pakistaní. Tradicionalmente, EEUU ha tenido un trato preferente con Pakistán, como país bajo su área de influencia frente a las afinidades pro-soviéticas de la India, y esa relación ha cobrado un nuevo impulso tras el regreso de Washington a Afganistán, ahora en su lucha contra el terrorismo de al-Qaeda. Así en este contexto, el argumento más recurrente para explicar el novedoso entendimiento entre EEUU y la India hace referencia al deseo de Washington de situarla bajo su área de influencia para contrarrestar el creciente peso que en términos económicos, aunque también estratégicos, está teniendo la República Popular China; además Washington observaría con gran preocupación el eje Nueva Delhi-Pekín (y posiblemente Moscú), que desplazaría el poder estadounidense de buena parte de Asia, y constituiría una amenaza a sus propios intereses energéticos en Asia central.

En el noreste de Asia, China hace frente a unas complicadas relaciones con Tokio y a la crisis nuclear abierta por Corea del Norte. Ambas países están detrás de una estrategia que ha conducido a una transformación sustancial de la relación entre China y Corea del Sur

. Desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas en 1992, Beijing se convenció que la mejor manera de influir en los términos de una futura reunificación de las dos Coreas sería estrechando sus intercambios con Seúl. De ese modo podría eliminar cualquier amenaza potencial proveniente de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur y al mismo tiempo, reducir la posible influencia diplomática de Japón en la península.

Respecto a corea del norte, China es su principal aliado estratégico, es el estado que mayor influencia puede ejercer en este régimen comunista, y ello es importante, pues China puede conservar su influencia e importancia regional en la resolución de los principales conflictos, y al mismo tiempo restar a EEUU la imagen de pacificador y estabilizador indispensable. Pero China quiere un entendimiento e incluso una unificación de las dos coreas, aunque no apuesta por un proceso rápido sino por un proceso paulatino; que EEUU pudiera apuntarse el tanto de la reunificación a su favor, no encajaría con los intereses chinos.

Así mismo cabe señalar que EEUU tiene que reaccionar ante la actitud ambigua que se viene adoptando desde Seúl, pues su enorme dependencia de China, unido a su subordinación en materia militar de EEUU, la coloca en un dilema de difícil solución; una creciente cooperación entre las dos coreas favorecería el ambiente de Asia-pacífico, pero ante el conflicto nuclear existente, perece complicado lograr avances en este terreno; Corea del Norte optó por la estrategia nuclear, para mejorar su posición regional y también su posición frente a EEUU, pero al mismo tiempo necesita abrirse económicamente, para garantizar su estabilidad, lo que hoy por hoy parece difícil.

En cuanto a Asia Central, China asegura que EE.UU no se retirará fácilmente de Afganistán, o de Asia central y meridional. Al lanzar la guerra antiterrorista, EE.UU ha obtenido acceso militar a Pakistán en el sur de Asia, con quien ha mantenido unas históricas relaciones de alianza, si bien es cierto que hasta ahora básicamente han estado centradas en el terreno militar, en el futuro podrían progresar hacia nuevos espacios, debido a los esfuerzos reformistas y tendentes hacia la democracia que Pakistán está demostrando; también EEUU ha logrado acceso a Uzbekistán, Tayikistán y Afganistán en Asia central. Afganistán es el centro donde confluyen todas las vías de comunicación de Eurasia central y por lo tanto, reviste gran importancia estratégica. Para EE.UU. el control de Afganistán y Asia central podría permitirle la expansión de la OTAN hacia el este, a la vez que sirve de vínculo a las fuerzas militares de EE.UU en Europa, especialmente en Turquía, y en la región de Asia Pacífico. En ese caso, EE.UU podría arrebatar espacio estratégico a Rusia en el norte y amenazar la seguridad del oeste de China por el este; mientras que por el oeste podrá contener a Irak e Irán, proporcionando así ayuda coordinada a sus tropas en Oriente Medio, a la vez que mantiene vigiladas a las dos potencias atómicas, India y Pakistán, por el sur. Todos estos movimientos son esperados por China, que por su parte, se esfuerza por aproximarse e incrementar la cooperación con los estados de la zona aliados de los EEUU o que tienen compromisos militares y económicos con la súper potencia.

En definitiva, dueño de una posición clave en la región de Asia Pacífico, EEUU ha tomado, por primera vez, espacio estratégico en la India y las áreas de unión de Asia Central y el Medio Oriente, llenando el espacio estratégico dejado por la Unión Soviética después de su desintegración, sin que llegara a ser ocupado por Rusia. Por tal motivo, China tendrá que ser hábil para aprovechar los pocos espacios que los EEUU le han dejado para extender su influencia en Asia y reducir la posición norteamericana en el territorio.

En lo económico, tres son las potencias en la región asiática: EEUU, superpotencia económica con una fuerte presencia militar; Japón, que ha liderado la economía de Asia oriental durante medio siglo; y China, potencia sin paliativos en términos comerciales. Mientras las economías de EEUU y Japón presentan un perfil incierto por motivos diversos, seguramente la economía china continuará creciendo con rapidez en los próximos diez años.

Los vecinos de China creen que su emergencia provocará una alteración del equilibrio de poder. Una República Popular más fuerte reducirá la preeminencia japonesa, el papel de Estados Unidos como árbitro regional y redefinirá el curso económico y político del continente. Por esa razón, Beijing persigue una estrategia orientada a evitar que otros países puedan aliarse frente a una supuesta "amenaza china", económica o militar. En esa dirección, China se ha embarcado en un proceso diplomático que ha transformado sus relaciones con el Sureste asiático y con Corea del Sur. La preocupación por el potencial militar japonés, por otro lado, no ha desaparecido, aun más cuando desde EEUU se empuja a Japón hacia una nueva remilitarización, que contribuya de manera mas activa a los intereses estadounidenses, especialmente ahora que China esta dedicando una parte muy importante de su presupuesto para reforzar sus fuerzas armadas; en todo caso, los pronósticos sobre una competencia estratégica entre ambos países parecen, por el momento, poco probables.

Por otro lado, el nuevo regionalismo, se caracteriza por ser intra-asiático (AFTA, ASEAN+3, ASEAN China, acuerdos bilaterales) y se ha visto gradualmente institucionalizado. Así, por una parte, el centro de gravedad del regionalismo económico asiático ya se ha trasladado desde una APEC dominada por EEUU hacia ASEAN+3”, en la que se está desarrollando una mayor ayuda financiera por parte de los países ricos y también en acuerdos sobre energía, alimentación o inmigración laboral. Por otra parte, la institucionalización del regionalismo de Asia oriental confirma que la región se está constituyendo, por vez primera, como un bloque de expresión política en el mundo. Los países de Asia oriental se están juntando para crear sus acuerdos económicos propios. El resultado es que, por primera vez en la historia, el mundo se está convirtiendo en una configuración de tres bloques, EEUU, Europa y Asia. Sin duda, que esta evolución de los acontecimientos se mantenga o incremente, contravendría enormemente los intereses de Estados Unidos, y sus posibilidades de mantener su condición de hegemón.

Lo cierto, es que las relaciones de los países en el área del Asia Pacífico son complejas y no es posible visualizar con claridad lo que podría suceder a futuro. Sin embargo lo que parece innegable, es que China se proyecta como una potencia mundial durante la segunda década del presente siglo y eso producirá un nuevo orden entre las relaciones de las potencias hegemónicas.

29 de enero de 2008

Precampaña: Episodio I

Por Álvaro M.


En realidad, el Episodio I de la saga fue el "Caín y Abel" genovés; mientras que el pobre Abel (o Alber) ha sido acuchillado políticamente, el Dios de por ahí (en este caso un señor con bigote) pone de manifiesto que su Edén es propiedad de Caín. Dicen que "la Esperanza es lo último que se pierde"; tal vez sea lo último, pero puede que, por esto, lo primero que pierda Génova sean las elecciones.

El Episodio II procede del otro fondo (el ferracense): los 400 pavos por cabeza. La promesa del Presidente del Gobierno (Josele) de devolver a cada contribuyente 400€ en el IRPF ha traído bastante revuelo. Cada uno podrá tachar la medida a su gusto, desde "farolazo" a "vendida de moto", pasando por "ya era hora". Personalmente (hay que decir que servidor no tiene aún renta que declarar), considero esta oferta una metedura de pata. Dejando al margen la factibilidad del asunto, quisiera centrarme en otras cuestiones.

En primer lugar, desde el punto de vista económico, creo que es una propuesta inadecuada. No es porque el Gobierno vaya a arruinar al Estado, como ya alguno empezará a pregonar; es una propuesta inadecuada porque, con esta medida, el PSOE incurre en la incoherencia. Es comprensible que el PSOE proponga ciertas rebajas en los impuestos, pero devolver 400€ a cada contribuyente es totalmente lo contrario a llevar una política económica de izquierdas. Puede que la medida no arruine al Estado, pero sí que puede mermar el Estado de Bienestar español. Todos sabemos, o deberíamos saber, que la Seguridad Social, las Fuerzas de Seguridad, las Ayudas Sociales, las Becas, las Pensiones, y un largo etcétera son bendiciones del Estado Social de Bienestar, y que estos dones no caen del Cielo; hemos de pagarlos entre todos. Los impuestos no son tributos al César, ni diezmos al cura (aunque si marcas cierta casilla sí que lo es); los impuestos son las aportaciones que todos nosotros hacemos para que sigamos teniendo Hospitales Públicos, Enseñanza Pública, Policías, Bomberos, Universidades, etc. Reducir impuestos es mermar nuestras prestaciones sociales, y una política económica de izquierdas ha de hacer justo lo contrario: defender el Estado de Bienestar.

En segundo lugar hay que decir que esta propuesta socialista tiene su por qué. La volubilidad de las bolsas y las ofertas genovesas de encanijar el IRPF hasta convertirlo en anoréxico fuerzan al PSOE a proponer algo al contribuyente (que no al votante). No me parece bien que los socialistas le sigan el juego al PP, porque te metes en el jardín del otro y metes la pata. Es normal que el PP haga este tipo de propuestas porque es algo propio de la derecha neoliberal: reducir impuestos (y si quieren policías contraten a Securitas). Lo que no es propio de la izquierda es mermar su gran baza, y más si es la baza que le puede dar las elecciones (ya que uno de los puntos fuertes de la campaña socialista es recordar los logros en asuntos sociales).

Para terminar quisiera dejar claro que, a veces (y más en una campaña electoral) hay que meterse un dedo en el ojo para evitar que te dejen ciego. Si alguien tiene que debilitar de algún modo al Estado de Bienestar, prefiero que lo haga el PSOE porque ha demostrado que cumple lo que promete, y porque confío en que tome medidas compensatorias para mantener el equilibrio en materia social. Sólo pido que no nos aumenten los impuestos indirectos (de hecho, la super-medida hubiera sido la de encanijar el impuesto indirecto). En el Episodio II el telón ha caído del Lado Oscuro, pero la saga continúa...

28 de enero de 2008

Declaración de Intenciones

Declaración de Intenciones

1º. La libertad de expresión será, al tiempo que un derecho, un deber.

2º. La verdad no tiene derechos de autor (hasta que se entere la SGAE); nadie será dueño de la verdad absoluta.

3º. Los axiomas y las verdades fundamentales no gozarán inmunidad; sólo el auténtico argumento tendrá tal derecho.

4º. Las ideas lo son todo y no son nada. Ninguna idea está por encima de nadie.

5º. Está prohibido prohibir.

6º. La libertad de expresión individual reporta, además, la responsabilidad individual de su expresión.

7º. La objetividad, al igual que la única verdad, no tiene cabida aquí; éste es el refugio de todas las verdades.