18 de febrero de 2008

Hispaniako Independentzia!!

España es un país de curiosas tradiciones. San Isidro tiene sus toros, abril su feria, San Juan sus hogueras y los comicios su ilegalización de Batasuna. Esta última tradición, aunque muy reciente, parece haber arraigado con fuerza en la vida política de este país hasta el punto que ha llegado a ser sinónimo de las elecciones mismas. No concibo la precampaña sin las imágenes de la mesa nacional de batasuna escoltada por ertzaintzas camino de la Audiencia Nacional. Ya es un clásico como el turrón de Jijona o los Reyes Magos.
Estos días y en este foro se han emitido muchas opiniones con las que estoy de acuerdo. Coincido en que ilegalizar a cualquier partido político desvirtúa la democracia de todo un estado (así de frágil es); creo también que ninguna voz debe ser acallada mediante sentencias y autos judiciales, por muy desagradable que nos pueda parecer el mensaje emitido. Me sumo a lo que se ha dicho en este foro en contra de la ilegalización de Batasuna y, con permiso, me gustaría añadir algo más. Si Batasuna, con este nombre, no concurre a las urnas el nueve de marzo, nada impedirá a sus “ilegales” representantes hablar en nombre de todo el pueblo vasco. Me explico, durante nuestra tan manida Transición los miembros del Partido Comunista se presentaban en sus discursos como los legítimos portavoces de aquellos españoles silenciados durante cuarenta años. Tras las primeras elecciones democráticas, y tras sacar tan solo un 10% de los votos emitidos, perdieron ese derecho que les daba la incertidumbre, guardaron a Ibarruri y a Alberti en el baúl de los recuerdos y se resignaron a ir perdiendo apoyo y sumando siglas hasta el día de hoy (pobre Llamazares…)
Lo mismo pasa con la Batasuna del siglo XXI. Si no se le permite tomar forma en las instituciones se convertirá en un fantasma que, aunque sin poder en las mismas, podrá aterrorizar desde la incertidumbre de no saber ni quienes ni cuantos son. En Cataluña existe una historia popular que cuenta que durante la invasión napoleónica (¡que estamos de bicentenario!) los ejércitos franceses marchaban por un desfiladero sin oposición ninguna. Escondido había un niño con un timbal y la cabeza llena de ideas reaccionarias y antiliberales que, viendo el avance de las tropas, empezó a tocar frenéticamente su instrumento. Gracias al eco del desfiladero, el sonido del timbal se multiplicó y llegó a oídos franceses como si se tratase del movimiento de un descomunal ejército enemigo que marchaba a su encuentro y, muy en la línea de la mala fama francesa, se disolvió y huyó presa del pánico. Esta historia, la del “timbaler del Bruch”, representa para mi lo que puede pasar en los desfiladeros de la política vasca. Batasuna no es más que un niño armado con un timbal que aterroriza a fuerzas mayores a base de hacer ruido constantemente y guarecerse donde nadie pueda encontrarlo. Además, Batasuna tiene una característica en común con el timbal: Cuanto más le pegas más ruido hace.
Dicho lo cual me gustaría compartir una reflexión que, aunque incorrecta desde muchos puntos de vista, cada día creo más cierta. ¿Por qué debemos permitir que lo que ocurra en el País Vasco contamine toda la vida política de España? Todos, desde Huelva a Figueres y de Cádiz a Finisterre, hemos hecho un gran trabajo (de treinta años) por intentar adaptarnos a los nuevos tiempos de democracia y perdonarnos mutuamente atávicas rencillas que se remontan prácticamente a la prehistoria. Mañana se independiza Kosovo, y a muchos sorprendería los paralelismos entre los Balcanes y la propia España (por cierto, lo de la “Balcanización” de España me parece una rotunda gilipollez) que ha llegado hasta tiempos muy recientes. Ellos no hicieron en su día su trabajo, nosotros sí. Miro al mal llamado “conflicto vasco” (que durante años me ha interesado muchísimo) y al final, lo único que veo, es a una sociedad que ha sido mimada durante siglos (y no exagero) y que, como un niño malcriado, se ha instalado en el eterno reproche e insaciable demanda como aquel que creía que todo le era debido. No estoy sólo hablando de los nacionalistas, de todo pelaje, sino de toda una sociedad acostumbrada a mirarse el ombligo y, lo que es peor, empeñada en que todo el mundo se lo mire. Opino sinceramente que, sin ánimo de ofender, el País Vasco ha sido y es un gran lastre para un país que, en contra de todo pronóstico, ha sabido, bien y mal, tener la voluntad de avanzar.
Nuestra clase política, que salvo honrosas excepciones no merecemos, encuentra en el País Vasco un filón inapreciable para sumar dividendos a una credibilidad política que difícilmente podrían mantener mediante sus mermadas capacidades de gestión y gobierno. Al carro se suman, por supuesto, los periodistas, medios de comunicación y demás advenedizos que usurpan día tras día los poderes que, en Democracia, pertenecen a la ciudadanía. Sinceramente, si la agenda política de un país la va a marcar algún panfleto sensacionalista en indirecta connivencia con un niñato de Barakalo que le ha dado por calcinar un puesto de chuches en nombre de la libertad, considero que algo va mal en este país.
Por otra parte habrá quien crea, en mesiánico delirio, que corresponde a los españoles de bien (creo que ahora se les llama “demócratas” o “constitucionalistas”) llevar a cabo la redención de aquellas “provincias vascongadas” mediante los principios democráticos, que no se puede dejar a sus suerte a tantos vascos y vascas que defienden la bandera nacional en terreno hostil a costa de su vida y libertad (por no hablar de sus bienes) en manos de asesinos y mafiosos. Pues bien, estoy de acuerdo en parte. Mucha gente se ha jugado más incluso que la vida por defender su forma de ver la vida y hacer política. Será muy triste el día que veamos emigrando al sur, a través del Ebro, a toda una tropa de “Iparraguirres” e “Imázes” mientras los Urkos López e Itoitzs García celebran el primer Aberdi Eguna de la “Independentzia” en su “tierra ancestral”. Sin embargo, si eso significase el fin de esta situación (les regalamos Treviño si hace falta) no dudaría en firmar por ello. Hemos pagado y estamos pagando un alto precio (y “coste de oportunidad”) por nuestra unidad, como si una impagable deuda con los Reyes Católicos y la Historia nos impidiese ver alternativas y caminos que una sociedad plural y democrática puede permitirse el lujo de tomar. Merecemos una España mejor y quizás, esa España, deba tener una cuarta frontera (Andorra cuenta…)

14 de febrero de 2008

Ilegalizaciones: Consideraciones

Por Álvaro M.

Gracias a ti, Marta; por explicarnos los más de cuarenta folios de auto judicial y por tu perspectiva sobre la cuestión de la suspensión a la izquierda abertzale.

Estoy de acuerdo contigo en que quien juega fuera de las reglas del juego no debería participar en él, y por eso estoy de acuerdo en que esta clase de partidos sean apartados del pacífico juego democrático. Aún así, no hablo de partidos; hablo de expresión de un grupo social. No creo que sea apropiado (por ser, precisamente, un demócrata) que se intente silenciar todo lo que diga la izquierda abertzale como conjunto de personas con una ideología determinada. Personalmente, distingo entre la población que se auto-enmarca en la izquierda abertzale y sus aparatos políticos (un partido político, por ejemplo, es una organización privada, a pesar de buscar unos objetivos que afectan al público). Pienso que es evidente que no se puede permitir que la alcaldía de un pueblo sea quien albergue a quienes amenazan a ciudadanos del pueblo; por eso creo que la izquierda abertzale no debería tener presencia en las instituciones (Parlamento vasco, ayuntamientos, etc.). Aún así, el problema de las manifestaciones políticas de un movimiento independentista que se sirve de la violencia no se resolverá ilegalizando sistemáticamente aquellos partidos en los que vaya a parar el voto de este colectivo.

Cierto es que ANV y PCTV tienen motivos para ser ilegalizados (como ya he dicho, estoy de acuerdo) pero, ¿y si Batasuna propone que la izquierda abertzale vote a Aralar? Cierto que Aralar condena la violencia pero, ¿qué es lo primero que a más de uno le vendría a la cabeza? Ilegalizar Aralar. Esto no es muy descabellado, dado el clima que encontramos actualmente en la política española sobre terrorismo. Recordando que la cuestión de Aralar es un mero ejemplo, lo que quiero decir es que está bien apartar del juego democrático a entes de los que se nutre el terrorismo, pero no está tan bien anular la voz de un conjunto de ciudadanos (aunque a su pesar) como es la izquierda abertzale. A pesar de que defiendan la violencia, y que a un "constitucional" le den ganas de taparles la boca y dejarlos en un rincón hasta que se aburran, porque no se merecen la libertad de expresión que ellos niegan; la verdad es que la constitución defiende la libertad de expresión como un derecho fundamental. Aunque seas un asesino (y tengas todas las condenas) tienes derecho a no ser asesinado; aunque coacciones la libertad de expresión de los demás, tienes derecho a expresarte libremente. Otra cosa es que quienes intentan silenciar a los demás en Euskadi no deban ser detenidos y juzgados por vulnerar los derechos fundamentales de la mayoría, pero aquellos que no hayan actuado contra la libertad de los demás (aunque estén de acuerdo con ello) tendrán el mismo derecho a expresarse que cualquier otro.

Es el precio que hemos de pagar los demócratas frente a los amigos de la violencia, pero es precisamente lo que nos hace mejores que ellos; nosotros somos fieles a nuestros actos y a nuestros principios, y ellos ya han traicionado lo que tanto dicen querer, a su "Euskadi libre", porque son los enemigos de la libertad.

En cuanto al análisis del auto, creo acertada la decisión judicial, y pienso que es otro ejemplo de la lealtad a los principios democráticos porque, a pesar del carácter preventivo de sus medidas, se defiende la presunción de inocencia. Más no puedo decir, porque ya lo has dicho tú todo.

Muchas Gracias, Marta.

Ilegalizaciones: Análisis de la suspensión

Por Marta Sosa

En primer lugar, me gustaría felicitarte, Álvaro; porque me ha gustado mucho tu artículo de valoración de las motivaciones que han llevado al Gobierno a instar la ilegalización de ANV, pero tengo que manifestar mi discrepancia en un punto.

En torno a lo que has escrito acerca del legítimo derecho de un sector de la población a manifestar sus ideas, sean de la índole que sean, viéndolas representadas a través de un partido que, hablando claro, apoya el terrorismo, tengo que expresarte que estoy en desacuerdo.

Aunque, como tú, reconozca que todas las personas tienen el mismo derecho a expresar libremente sus opiniones y posiciones políticas no creo que este reconocimiento ampare la posibilidad de poder hacerlo a través de cualquier modo de expresión, o a través de cualquier representación. Con esto hago referencia a partidos que, como Batasuna antes o ANV ahora, amparan el terrorismo. Del mismo modo que entendemos que, aunque todos tengamos derecho a expresarnos con libertad, hacerlo a través de mecanismos que vulneren derechos legítimos que otras personas ostentan, no es aceptable en un marco de convivencia, debemos entender que elegir como representante político a un partido que, aunque tenga un ideario que se ajuste completamente a nuestras opiniones o creencias políticas, se sirva, directa o indirectamente de la violencia para defenderlas, no es aceptable.

Y esto no lo digo solamente en un intento de reproducir el típico discurso político que condena la violencia y la presencia directa o indirecta de organizaciones terroristas en las instituciones del Estado (Discurso, por otra parte, con el que estoy plenamente de acuerdo, independientemente de las motivaciones estratégicas que haya detrás de ellos en cada momento). Sobre todo lo digo en defensa de la libertad. Esa libertad que tú le reconoces a un pueblo a expresarse y verse representado por la clase política, nunca se podrá garantizar si olvidamos que lo hay detrás de estos “pseudo partidos” son descerebrados con armas que matan, lo cual introduce un elemento que es hasta tal punto desestabilizador de la verdadera libertad de pensamiento y de expresión que no creo que podamos atrevernos siquiera a nombrarla en este contexto. ¿Cómo hablar de libertad de expresión o de libertad ideológica manifestada a través del voto en un entorno en el que el propio acto de votar está sometido a coacción?

Bueno, y entrando ya en el prometido análisis jurídico sobre el auto del Tribunal Supremo, quiero aclarar en primer lugar que se trata de un auto, que no una sentencia, que se limita a adoptar determinadas medidas cautelares de cara a garantizar la eficacia de una eventual sentencia estimatoria de las pretensiones esgrimidas, en este caso por el Gobierno.

La aplicación de estas medidas que pueden vulnerar derechos de una parte demandada pero no condenada, se basan en la existencia de “periculum in mora”, es decir, en el riesgo que se deriva del paso del tiempo que puede tener como consecuencia que una sentencia se quede sin objeto o que una vez dictada, como consecuencia de los hechos acaecidos en el período de tiempo transcurrido entre la demanda y la sentencia, no pueda ser eficaz. Por otro lado, la adopción de una medida cautelar siempre exige que exista la apariencia de buen derecho a favor de los demandantes, es decir, que existan indicios que fundamenten sus pretensiones.

En este caso, las medidas cautelares adoptados por el Tribunal Supremo son 2:

1. La suspensión de la entrega a ANV de recursos procedentes de la financiación pública: la finalidad de esta medida es impedir que sigan llegando recursos públicos a un partido en el que se aprecian signos de ilegalidad, siendo esta medida cautelar perfectamente reparable en caso de sentencia desestimatoria de la demanda de ilegalización.

2. La prohibición de que se presentan a las próximas elecciones generales: la apariencia de buen derecho que permite la adopción de esta medida se concreta en la existencia de una serie de documentos que manifiestan “el apoyo económico reiterado de ANV a Batasuna y el diseño de una estrategia económica financiera para conseguir la unidad de acción.” Como un ejemplo concreto de este apoyo se puede mencionar la asunción por parte de ANV y el PCTV de gran parte de los gastos correspondientes a los actos políticos de Batasuna. También se justifica esta medida cautelar por la existencia de indicios ponen de manifiesto la sumisión de ANV en su actuación política a las directrices de Batasuna. Como un ejemplo concreto de esto, se puede destacar la apropiación que Batasuna hizo, tras aquellas elecciones de las candidaturas de ANV, considerándolas como propias sin protesta alguna de este partido o la negativa de los representantes de ANV a suscribir un comunicado conjunto de la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Baracaldo de condena y repulsa al terrorismo.

No se han suspendido las actividades de ANV como partido político. Esto ha sido explicado por parte del Tribunal Supremo por el hecho de que, teniendo en cuenta que este va a ser exactamente el objeto de la sentencia que eventualmente se dictará con todas las pruebas necesarias para determinar la procedencia de la ilegalización del partido, y partiendo de que se han adoptado medidas cautelares suficientes para garantizar la efectividad de una eventual sentencia estimatoria de la ilegalización de ANV (teniendo en cuenta que no va a poder presentarse a las elecciones generales), resulta desproporcionado suspender las actividades de un partido legalmente inscrito conforme a la Ley de Partidos Políticos, con todo lo que eso conlleva.

Tampoco se han embargado sus cuentas. Ambas medidas habían sido solicitadas.

Es muy importante retener que las medidas cautelares no condicionan la dirección de la eventual sentencia, no prejuzgan el hecho. Se limitan, en base a indicios suficientes a, como he dicho, garantizar que la sentencia que se dicte con posterioridad pueda llegar a ser eficaz, y que el hecho de que haya pasado un determinado período de tiempo desde la denuncia o interposición de la demanda hasta que se dicta la sentencia, no impida, por el riesgo que implica el paso del tiempo y la consolidación de situaciones, que ésta se pueda ejecutar. Ej. Si no se hubiera adoptado la medida cautelar de impedir que ANV se presentara a las próximas elecciones, la sentencia, probablemente recaída después de las mismas, carecería de eficacia ya que difícilmente se podría volver a la situación anterior a las elecciones cuando ya miembros de este partido ocupen un lugar en las Cortes Generales.

En cuanto a la motivación política existente detrás de la interposición de esta demanda de ilegalización en un momento tan electoralmente decisivo, me remito literalmente al párrafo del Auto que trata la cuestión: “Si bien los datos más significativos presentados por las partes demandantes para fundamentar su demanda de ilegalización son relativamente recientes (finales de 2007 y enero 2008), también reconocen esas partes que el proceso de colaboración de ANV en la estrategia marcada por Batasuna se detecta desde el mes de mayo 2007, y puede intuirse incluso respecto a fechas anteriores, dada la infiltración que en las elecciones celebradas en estas fechas se detectó de miembros de Batasuna presentados en las candidaturas de ANV.” Saquen sus propias conclusiones.

Concluyendo, esto es solo el primer capítulo de la novela. Simplemente estamos ante una decisión de naturaleza preventiva, que en este caso, al incidir sobre la posibilidad de concurrir a unas elecciones generales, ha tenido una relevancia notable. Seguiremos a la espera de la sentencia definitiva.

13 de febrero de 2008

La Cultura del Compromiso

UNA PERSPECTIVA DESDE SUECIA

Por Guillermo M. J.

Una de las ventajas que tiene vivir en el extranjero es la de verse envuelto en una gran cantidad de experiencias que te ayudan a entender lo complejo y distinto que es el mundo. Los primeros meses los dedicas ha descubrir los intríngulis de la sociedad en la que te estas sumergiendo, pero según pasa el tiempo te das cuenta de que aprendes aún más de la tuya. Paseando por Goteborg, utilizando su tranvía, sacando dinero, tomando una cerveza… empiezas a descubrir características de allá de donde vienes, que desconocías.

La sociedad sueca no es fácil de entender (ninguna lo es). Siempre pienso que los suecos tienen una lucha interna entre su pasado vikingo y lo educado de su avanzada sociedad actual. Son dos comportamientos que emergen en ellos, según el lugar y la situación. La sociedad sueca esta constituida sobre unos pilares muy sólidos basados en unos mitos nacionales muy concretos. Esos mitos son indiscutibles. La socialdemocracia ha gobernado este país casi sin excepción desde tiempos atrás y ha sido arquitecta fundamental en la construcción de esos mitos. Podríamos resumirlos en tres; la sensación de poseer uno de los estados de bienestar mas avanzados del mundo, la neutralidad en el campo de las relaciones internacionales y la igualdad de género.

En los últimos años la sociedad sueca ha visto sacudida varios de sus mitos. La existencia de nuevos modelos de estado de bienestar, la más que dudosa neutralidad por su pertenencia a la UE y colaboración con organismos como la OTAN han puesto en evidencia estos pilares. Todavía se les puede respetar que son los líderes en la igualdad de género. La construcción de sus mitos se ha basado siempre en la idea de poseer una sociedad y un estado mas avanzado que el resto de Europa y en cierto modo lo poseen.

No sabría decir si por el clima o por las peculiaridades de su historia, los suecos son poco tendentes al conflicto. ¡¡Llevan casi 200 años sin luchar en una guerra!! Y esa tendencia la llevan a la arena política. En Sueco existe el termino “lagoom” que significa el termino medio entre dos opiniones. La construcción de la nación sueca ha sido siempre regida por el dialogo, dialogo que se dio cuando se convoco el primer Ristak (parlamento) o cuando las clases ricas aceptaron la participación de los obreros en el sistema dando lugar a una incipiente democracia. Las elites suecas de cualquier época han sabido anticiparse a los cambios con consenso y dialogo evitando cualquier conflicto que acabaran con revueltas violentas. El gobierno prolongado socialdemócrata de los 70, 80 y 90 cavo unos cimientos profundos en cuanto a valores y actitudes que están completamente asimilados por toda la población sueca incluida la derecha política.

Uno podría caer en la tentación de decir “ya quisiera yo eso para España” pero las bases sobre las que se asienta el consenso sueco son distintas; aún así algo podríamos aprender. España ha crecido siempre con la negación de una parte de si misma. Pobre España que nadie te entiende, no quieren verte en conjunto. Algo bueno haríamos si aprendiéramos de estos vikingos que un día se sentaron a la mesa y establecieron las bases de su convivencia.

Hoy: La Junta Electoral

Por Álvaro M.

Radio y periódicos, obispos, el Tribunal Constitucional... ¿dónde nos falta meter mano? ¡En la Junta Electoral! Es más que problable que algún listo haya pensado eso, en vista de la última peripecia de la pre-campaña electoral: La Junta Electoral quiere primar al PP en la difusión de propaganada para la campaña. ¿Razón? Según ésta, el PP fue la primera fuerza política de España en las últimas elecciones generales.

Entre la risa y el surrealismo, parece ser que la J.E. ha llegado a la brillante conclusión debido a que consideran el PSC una fuerza política desligada al PSOE; por tanto, contabilizando los votos del PSC por un lado y por otro los del PSOE, resulta que el PP es la fuerza más votada. La decisión ha sido debatida en una reunión de la comisión de televisión y radio, con representación de los partidos del Congreso (con capacidad de voto equivalente al número de escaños). El PSOE ha recurrido la decisión y ha pedido en la reunión que no se actuara hasta que no se revisara el recurso. El PP y los grupos minoritarios se han opuesto, y ha tenido que ser IU quien haya salvado al PSOE en una disputada votación (169 contra 167). Así que habrá que replantearse la cuestión.

Entiendo que estemos a las puertas de la campaña electoral, pero esto es pasarse. En primer lugar considero muy desleal la posición de los grupos minoritarios del Parlamento. Con excepción de IU (quien ha apoyado al PSOE), todos los grupos parlamentarios minoritarios son de corte nacionalista y localizados mayoritariamente en una Comunidad Autónoma. Es evidente que un desglosamiento de partidos en secciones les beneficia electoralmente, pero creo que ese "todo vale" y esa deslealtad (no con el PSOE, sino con un principio de honradez democrática de la que está visto que carecen) deben ser tenidos en cuenta por el PSOE en un futuro. Cuando partidos nacionalistas hablen luego de alguna supuesta traición socialista habrá que recordar cosas como ésta.

En segundo lugar, el PP. Puede ser que se hayan encontrado con un regalo, puede ser que no. Si es que ha sido un regalo inesperado (algo que roza la fantasía, porque ese criterio diferenciador no se sostiene por parte de una institución neutral), se entiende que el PP quiera aprovecharse de la situación, aunque se demuestre que quiera ganar el partido marcando con la mano. Por otro lado, el PP ya ha demostrado que no tiene reparo alguno para meter mano a las instituciones que deberían ser independientes. El intento de toma del Tribunal Constitucional es un claro ejemplo, fallido, de las pretensiones invasivas del PP.

No me extrañaría que una Junta Electoral influenciada por este partido haya olvidado distinguir entre "federación" y "balcanización" (algo que el PP nunca entendió), dado que el PSOE es un partido federal y no Serbia y Croacia.

En unas elecciones generales no votas al PSC, votas unas listas (una lista: PSC-PSOE), votas un programa (el del PSOE) y votas por un objetivo electoral (la victoria del PSOE). En estos comicios el programa es el del PSOE y, si separamos PSC de PSOE, hay que señalar que el PSOE no se presenta en toda Catalunya. Si nos ponemos a desglosar sin tener en cuenta el principio federal, el PSOE debería estar diferenciado también del PSE, el PSG, el PSC, el PSV, el PSM, el PSN, etc.; pero no nos podemos olvidar del PP. A pesar de que el PP sea un partido central, también tiene secciones territoriales, y su exponente más claro es UPN, quien no es una parte del PP, sino que se presenta en el mismo grupo parlamentario.

Espero que la cordura vuelva a la Junta Electoral y entiendan que la victoria del PSOE en 2004 se debió al apoyo de los socialistas catalanes, de los socialistas andaluces, de los socialistas madrileños y de los socialistas de toda España.

Resulta gracioso que hayamos pasado del "España se rompe" a "El PSOE está roto"; y eso, ¿quién lo diría? ¿El PP de Aragón o el de Valencia? ¿Gallardón o Aguirre? Dobles raseros no, gracias.

10 de febrero de 2008

Ilegalizaciones

Por Álvaro M.

Uno de los temas estrella de esta campaña electoral es el complicado proceso de ilegalización de ANV y PCTV. Mientras que el PP carga contra el PSOE por ponerse a ilegalizar ahora, la izquierda abertzale acusa al Gobierno de fascista y otras lindezas. Hay varios comentarios respecto a los diversos puntos del tema.

En primer lugar, la hipocresía abetzale. ¿Cómo es posible que acusen ellos de fascistas? A pesar de que es un error identificar "fascismo" con "izquierda abertzale" (no podemos simplificar ambas ideologías de ese modo y quedarnos un rasgo en común), es obvio que ambas ideologías son cafres a más no poder. Una formación política que representa y ampara el terrorismo, apoyando la violencia y la "desaparición" (por escribir un eufemismo) de aquellos que no piensan como ellos, nunca tendrán fuerza moral alguna para señalar con el dedo a nadie para llamarle excluyente o represor. Casi resulta gracioso (casi) el hecho de que los abertzales estén pataleando por esto, porque no me hago una idea de cómo se pondrían si fueran ellos quienes sufrieran las bombas, los tiros en la nuca, las amenazas y las extorsiones (incluso desde las instituciones).

Por otro lado, el toma y daca entre el PP y el PSOE. Es indignante que las dos formaciones más representativas de España no vayan de la mano en un tema como el terrorismo. Personalmente (y aquí cada uno opinará perfectamente lo que le parezca), pienso que el PP lleva años siendo desleal al Gobierno en materias de Estado, y que es el PP (principal partido de la oposición) quien ha de apoyar al Gobierno, tal como el artículo 1 del tan amado "Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo" reza. Dejando pareceres aparte, lo cierto es que la actitud del PP en cuanto al proceso de ilegalización es entendible aunque criticable. Entendible porque las elecciones están a un tiro de piedra, pero criticable porque llevan años exigiendo la ilegalización y, ahora que hay pruebas contundentes y se procede a la ilegalización, en lugar de reconocer la medida la atacan. Cuando podrían afirmar que el Gobierno "va por el buen camino", el camino por el que ellos siempre apostaron, afirman que es una ilegalización electoralista, mal hecha y que es el ejemplo de las cesiones gubernamentales de la tregua. Está visto que la clase no va con las clases.
Si la medida es oportunista, yo opino que sí: creo que se ha procedido a la ilegalización de manera estratégica, pero no para que el PSOE gane votos, sino para que el entorno abertzale no tenga tiempo para reaccionar llevando formaciones fantasma. Mientras que Batasuna había planeado presentarse a las elecciones con PCTV y ANV, no ha planteado una estrategia alternativa de lanzar X partidos fantasmas (y, con la esperanza de que el poder judicial no pueda actuar contra todas, concurrir con alguna de ellas). Yo creo que la prohibición de concurrir a las elecciones (que mantiene el Tribunal Supremo) responde a un golpe estratégico a Batasuna, no a una maniobra electoalista del PSOE.

Respecto a la sentencia del Tribunal Supremo, creo que las consideraciones sobre la misma deben darse después de haber leído la sentencia, o al menos un resumen. Aún así, en breve se publicará un análisis sobre la sentencia a cargo de una buena amiga.

También me gustaría preguntar sobre el hecho mismo de ilegalizar partidos políticos. Es evidente que no se puede permitir que el propio Estado sea fuente de financiación de ETA y su entorno. También es evidente que las instituciones que han de velar por todos los ciudadanos y por el respeto a la ley no pueden ser llevadas por aquellos que protegen a los que matan (o por los que matan mismo). Lo que no encuentro tan evidente es negar la expresión de un sector de la población de Euskadi. No puede obviarse o silenciarse per se a decenas de miles de personas, por muy afines a la barbarie que éstas sean. Como también esa gente tiene una serie de derechos fundamentales (derecho a la vida, a un juicio justo, etc), no resulta muy blasfemo pensar que también tenga derecho a expresarse libremente. En el "libremente" quisiera remarcar que me refiero a la expresión de sus ideas, no al cobarde regocijo por el crimen cometido; una cosa es defender la idea de una Euskadi independiente, de izquierdas y de gudaris (por muy aberrante que el resto lo vea), y otra es homenajear a asesinos y tratar a las víctimas como verdugos.

En definitiva, creo que la ilegalización de Batasuna debería tener un límite. Silenciar a una importante población de Euskadi no ayuda absolutamente nada a resolver la situación. Manteniendo eso, creo totalmente acertada la medida de negar fondos del Estado y el acceso a las instituciones para luchar contra aquellos que no entienden que democracia es respetar a quien no piensa como tú.

8 de febrero de 2008

Resultados de la encuesta menos representativa del mundo

Se planteó una encuesta a contestar en una semana. El plazo ha concluido y los resultados son:

"¿Quién miente más? "

Cadena Ser: 3 Votos

COPE: 12 Votos

El Mundo: 7 Votos

El País: 5 Votos

Hay que decir que la encuesta aceptaba la respuesta múltiple, algo que desfavorece la representatividad de la encuesta. Aún así, hay que decir que 6 de cada 10 personas que han votado lo han hecho por la COPE, y más de un tercio de los encuestados han mencionado a El Mundo. El País ha sido elegido por la cuarta parte de los que han opinado, mientras que Cadena Ser no llega ni a la sexta parte.

Es curioso que, por muy poco representativa que sea esta encuesta, los medios más considerados como "mentirosos" sean medios familiarizados con la derecha. Es evidente que no se puede aseverar nada, en vista de la falta de rigor de la encuesta (al contrario que varios medios de comunicación, aquí reconocemos la falta de rigor a la hora de publicar investigaciones sociológicas), aunque es curiososo que los medios que más hablan de las mentiras del Gobierno sean los medios que sean calificados como "los que más mientesen".

¡Muchas Gracias por participar!

7 de febrero de 2008

Pregunta Campaña AI: Respuesta

Por Álvaro M.

Al parecer, las razones del Ministerio de Industria se basan en que la campaña de Amnistía Internacional tiene un marcado carácter político. Hay que decir que estamos en pre-campaña electoral, y en este momento se mira con lupa la emisión de cualquier mensaje de contenido político.

Dejando a un lado el estilo del mensaje de AI, es evidente que hay una intencionalidad política. Para bien o para mal, la televisión pública no puede emitir de manera gratuita este tipo de campañas. En un caso parecido, la Conferencia Episcopal podría lanzar una campaña politizada desde la televisión pública para influenciar el voto el 9-M. Es de agradecer que estas acciones no se den, aunque se ha de aceptar que, para ello, tampoco pueden darse otros precedentes, por muy bien intencionados que sean éstos.

También podría darse algún problema con uno o varios "protagonistas" del spot. Imagino que el Ministerio de Industria intenta velar porque ciertas relaciones no se enturbien. Esto podría calificarse como "interés general" o que no hay ganas en el Gobierno de complicarse más la vida.
Hay que recordar que no es la intención de este espacio justificar una decisión ministerial, sino la de exponer la posición del Ministerio.

Y muchas gracias por tu comentario, Javi.

Pregunta Campaña AI

Por Javier Pérez Ros

Muy bueno el video pero, ¿tienes idea de por qué no lo han dejado poner en la TV?

5 de febrero de 2008

El Poder de tu Voz - Amnistía Internacional

En vista de que el Ministerio de Industria no ha autorizado la difusión gratuita en la televisión pública de esta campaña, desde aquí queremos poner un insignificante granito de arena.

2 de febrero de 2008

Dadle al César lo que es del César: Contrarréplica

Por Álvaro M.

Me considero un férreo defensor de la libertad de expresión, pero no la concibo si no va acompañada de una responsabilidad. La Iglesia puede perfectamente "orientar" el voto de sus fieles en un ejercicio de libre expresión. Es una de las bondades de la democracia; en otros tiempos no se podía expresar uno con libertad, ni siquera se era libre para pensar a su manera o para profesar una creencia personal (no sé si de esto se acuerdan los obispos).

Me mantengo en mi postura de que la Iglesia debería mantenerse al margen de una cuestión secular como son unas elecciones ya que, como antes dije, es un ámbito que no le compete. Opino que si la C.E. decide entrometerse (siendo perfectamente libre para ello) en asuntos públicos, ajenos al plano teológico, deberá aceptar entonces la intromisión en sus competencias. No es un ataque a quien no opine a una ideología; es, simplemente, un equilibrio. Si la Iglesia quiere influir en la política, la política podrá influir en la religión. Medida nº2: Apartar del sistema educativo la asignatura de religión católica. Quien quiera aprender los padrenuestros y los credos, que acuda a una catequesis en la Iglesia. El Estado no tiene por qué financiar con dinero público la evangelización para una determinada fe.
Cierto que he aludido textualmente a que "el Estado no tiene por que darle privilegios a nadie, y menos a instituciones ultraterrenas que se dedican a socavar la labor del Gobierno", y que esto puede sonar a defensa partidista. Quisiera decir que consideraría como una intromisión este mismo acto de la C.E., igualmente reprobable desde mi punto de vista ético, si las críticas de los obispos fueran orientadas a cualquier otro Gobierno. Es como el "¿por qué no te callas?"; yo puedo criticar a un Presidente, pero no voy a consentir que alguien a quien no le compete ofenda a una persona elegida legítimamente por los ciudadanos españoles. Pues igual; un Gobierno puede tener más o menos simpatías, pero no es ético que una institución a la que no le compete (como a Hugo Chávez en su momento) se manifieste a favor o en contra. La Iglesia ha de tener muy presente que la influencia sobre sus fieles implica una responsabilidad muy grande a la hora de manifestarse públicamente y, si no tiene en cuenta esa responsabilidad (o se olvida de ella), se merece todas las críticas. Y repito: críticas. No hablo de cerrar conventos, hablo de expresar mi condena a la actitud de los obispos (ejerciendo mi libertad de expresión y, creo, con más responsabilidad).

También quisiera decir que la Iglesia puede "orientar" el voto de sus fieles (algo que considero una injerencia y una coacción moral), pero lo que no puede hacer es utilizar el terrorismo como arma política contra determinados partidos políticos

; y, menos aún, cuando la Iglesia ha mantenido contactos con bandas terroristas en numerosas ocasiones (por no recordar de dónde salió ETA).

Que el PP use el terrorismo como arma política contra el Gobierno ya me parece condenable, pero que lo hagan los obispos es surrealista. El recurso al terrorismo para atacar desde la Conferencia Episcopal me parece que sí son palabras que hacen daño a alguien, aunque al "señor" Alcaraz le parezcan acertadísimas.

En cuanto a la reacción en el electorado no sé qué opinar, la verdad. Coincido contigo en que este asunto va a movilizar a votantes pro-socialistas, hasta ahora indecisos o reacios a acudir a las urnas, pero también creo que otro sector dubitativo o cuasi-pasivo va a seguir las "orientaciones" de los obispos. Aún así, espero que tengas razón.

Por último, y lo más importante: Muchas gracias por el comentario, Cristina.

Dadle al César lo que es del César: Réplica

Por Cristina Fernández

Álvaro, no puede molestarle a un demócrata que un sector de la sociedad o institución que forma parte de ella, se manifieste libremente cuando no piensa como uno. En realidad en una democracia aunque pidieran directamente el voto para el PP habría que aceptarlo y respetarla. Cada uno es libre de escuchar o no, pero nunca se debe cohibir una palabra cuando no hace daño. decantarse es lo que ha hecho la Iglesia a lo largo de toda la historia, sus preferencias siempre han sido, y son conocidas; no simpatizo con la Iglesia, lo sabes, pero atacar a cualquiera que emplee su derecho de libertad de expresión cuando no le gusta lo que se dice, es un error y sobre todo un arma electoral para movilizar a los suyos. la intervención de la Iglesia en campaña adoctrinando sobre el voto moral en realidad beneficia al PSOE, porque algún socialista que no pensara votar, con esto puede animarse. Del otro lado la movilización no es necesaria.

1 de febrero de 2008

Dadle al César lo que es del César

LOS OBISPOS Y LA CAMPAÑA ELECTORAL

Por Álvaro M.

Penúltimo enfrentamiento entre el PSOE y la Conferencia Episcopal. ¿Razón? La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal ha publicado una nota que recoge 55 orientaciones para los fieles a la hora de votar el 9 de Marzo. En ella, curiosamente, se pide "libertad y respeto" para proponer libremente su modo de ver las cosas.

Las reacciones por parte del lado socialistas no se han hecho esperar. José Blanco (Pepiño) ha tildado de hipócrita a la C.E., y dice que "lo único que les faltaes que algún obispo concurra a las elecciones en las listas del PP". A esto tengo que decir dos cosas; la primera es que Gallardón aún está a tiempo de entrar en alguna lista del PP... sólo tiene que ordenarse sacerdote e ingeniárselas para ascender a obispo (de hecho, creo que es el único sitio donde Espe no puede competir con él por un ascenso). Lo segundo que me viene a la cabeza es que no me parecen correctas las palabras del Secretario de Organización socialista. Pepiño no ha caído en la cuenta de que, si los obispos no piden explícitamente el voto para el PP, es porque aún están barajando la posibilidad de pedirlo para Democracia Nacional o para Falange Española... dicen que amores que "matan" nunca mueren...

Por su parte, y dejándo la broma a un lado (es lo que tiene cuando uno no sabe si reír o llorar), la Vicepresidenta del Gobierno ha argumentado muy acertadamente que "los obispos se deben sólo a sus fieles, y eso es algo que el Gobierno ha de respetar... pero, del mismo modo, el Gobierno se debe a todos los ciudadanos, a TODOS los ciudadanos, y eso es algo que los obispos deberían de respetar". Amén de mi solidaridad a las palabras de la señora De la Vega, quisiera remarcar la distinta naturaleza de las dos instituciones: la Iglesia y el Estado. En primer lugar, mientras que la Iglesia ha de preocuparse por sus fieles, el Estado ha de velar por todos los ciudadanos. Cuando se dice "todos" no se está diciendo "todos por los que no ha de preocuparse la C.E.", sino TODOS; el Estado vela por los fieles católicos, por los fieles musulmanes, por los fieles apóstatas, por los infieles (de ahí el divorcio) y por los todos los demás.

¿Cómo compaginamos esta concurrencia de "preocupaciones"? ¿Ha de primar la tutela de alguno? ¿De quién? Pues, en segundo lugar, hay que recordar que Occidente no recorrió durante varios siglos un largo proceso de secularización para que ahora digamos que Spain is different. En la teoría, el Estado y la Iglesia pueden convivir perfectamente dado que sus ocupaciones atañen esferas diferentes. El Estado ha de velar por la garantía de los derechos y las libertades de sus ciudadanos, al tiempo que debería facilitar los medios necesarios para la realización de la vida social de éstos. La Iglesia, a su vez, ha de velar por la salvación de las almas de sus fieles. El primero pertenece a la esfera política, mientras que la segunda pertenece a la esfera teológica o metafísica. Aún así, una esfera puede entrometerse en el espacio de la otra y montar así la bronca (como es el caso). Hace siglos, el Papa Bonifacio VIII escribió la bula Unam Sanctam, por la cual se establecía la supeditación de lo político a lo religioso. De esto hace siglos ya, aunque a Benedicto XVI le puede dar un ataque de bula repentino y montar un tenderete parecido (de este hombre no me sorprende nada ya).

Mi postura es que, al igual que el Estado no puede ponerse a establecer dogmas teológicos (porque no le compete y, además, resultaría absurdo), la Iglesia no tiene ninguna competencia para interferir en asuntos políticos (y encima, de una manera tan descarada como ocurre aquí en España). Dicen que estos rifirrafes vienen dados desde que se cuestionó la financiación del Estado a la Iglesia; yo, personalmente, pienso que viene de la pérdida gradual de sus privilegios alcanzados en el franquismo y antes de éste. La educación para la ciudadanía es así un lavado de cerebros bolchevique, más que nada, porque le ha robado el terreno a la religión católica. Medidas como la legalización del matrimonio entre homosexuales, el divorcio, el terrorismo, etc., son asuntos políticos, que afectan a la sociedad y los individuos en un plano secular. Estas medidas nunca deben ser discutidas por la jerarquía católica, ya que no les compete para nada la articulación de nuevos derechos seculares para una ciudadanía que no es enteramente católica. ¿Qué pensarían los obispos si el Gobierno proclamase leyes donde se reconociera la no existencia de Dios, la inexistencia de la Trinidad y la virginidad de María? España es un país laico y aconfesional; aún reconociendo la presencia mayoritaria de la fe católica, no se pronuncia en ningún aspecto teológico.

Personalmente pienso que, en vista de que la esfera religiosa no termina de entender que está separada de la esfera política, deberían separarse aún más. Si fuera por mí, el reconocimiento a la fe católica sería retirado en base al principio de igualdad y a la libertad religiosa; el Estado debería tratar de igual manera a todas las confesiones. ¿Cómo? Medida estrella y directa: La Iglesia no recibe ninguna financiación desde el Estado. Únicamente recibirán las aportaciones individuales correspondiente a la casilla del IRPF (y gracias); si la Iglesia católica se obceca en sus ataques al Gobierno, que la mantengan los fieles... el Estado no tiene por que darle privilegios a nadie, y menos a instituciones ultraterrenas que se dedican a socavar la labor del Gobierno. Como dijo el primer cristiano (que no el primer cura): Dadle al César lo que es del César, y dadle a Dios lo que es de Dios. Al Gobierno lo que es la política y a la Iglesia a rezar y a pagar el diezmo.

Por último, quisiera hacer un repunte a la "orientación" de la C.E. a sus fieles sobre no votar a quienes dialogan con el terrorismo. Como muy bien ha dicho Diego López Garrido, la Iglesia debería haber orientado a sus fieles para que no votasen a Adolfo Suarez, a Felipe González y a Jose María Aznar, dado que todos ellos dialogaron en su momento con ETA. Es por eso, volviendo al principio, por lo que creo que no piden explícitamente el voto para el PP; les queda aún la posibilidad de pedir el voto para Democracia Nacional o para Falange Española... aún queda campaña, todo a su tiempo.